El oro es el mineral más difícil de encontrar en la corteza terrestre, por lo que su rareza le otorga un cuantioso valor. Este metal precioso de color amarillo dorado no solo es apreciado monetariamente, siendo propio de la joyería y cada vez más recurrente en gastronomía, sino que alberga grandes propiedades beneficiosas para el cuidado de nuestra piel.
Desde la época del Antiguo Egipto ya se utilizaba el oro en términos de belleza, pues con el paso del tiempo han quedado demostrados sus múltiples beneficios para nuestro cuidado dérmico, favoreciendo la nutrición, la luminosidad y la vitalidad de la piel, siendo un elemento que lucha contra el envejecimiento facial de manera directa.
Beneficios
-Potencia la luminosidad. Cuando el oro entra en contacto con nuestra piel, el efecto más evidente es la gran luminosidad que aporta al reflejar la luz, brindándole una nueva energía a la piel que recupera su juventud.
-Gran antioxidante. Estimula las defensas naturales de la piel contra el fotoenvejecimiento y los agentes contaminantes.
-Combate a los radicales libres.
-Aumenta el flujo sanguíneo y acelera la regeneración de tejidos, purificando la piel y estimulando el recambio celular.
-Reparación de colágeno y elastina, los tensores naturales de la piel, por lo que es ideal hacer frente a la flacidez y retrasa la aparición de arrugas.
–Mejora la efectividad de los cosméticos, sobre todo en las cremas y sérums, ya que ayuda a la piel a asimilar mejor los ingredientes activos nutritivos, reafirmantes y regeneradores.
Aunque gran parte de los ingredientes en Oyuna provienen de fuentes naturales tales como plantas, hay que destacar el gran provecho que hacemos de minerales y metales como el oro a la hora de desarrollar nuestras fórmulas.
Es el caso de nuestro exfoliante y bálsamo de labios ‘Oro’ y la mascarilla, el peeling de manos de la gama ‘Madreperla’, donde el oro actúa renovando la piel y ofreciendo luminosidad y bienestar en manos y labios.